Rito de bendición e imposición 
Sacerdote: Nuestra ayuda es en el Nombre del Señor.
Todos: Quien hizo el cielo y la tierra.
Sacerdote: El Señor sea con ustedes.
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Oremos
Dios todopoderoso y misericordioso, que a través de las apariciones de la Inmaculada Virgen María en la tierra, te has dignado obrar milagros continuamente por la salvación de las almas, derrama tus bendiciones sobre esta Medalla, para que aquellos que mediten en ella piadosamente, y la lleven con devoción, puedan sentir su protección y obtener su misericordia. Por Cristo, Nuestro Señor.
Todos: Amén.
El sacerdote, entonces, rocía la Medalla con agua bendita, diciendo al investirla:
Recibe esta Medalla sagrada, llévala fielmente y trátala con la debida veneración; para que la más Santa e Inmaculada Reina del Cielo te proteja y defienda y siempre renovando los milagros de su bondad, obtenga misericordiosamente lo que con humildad pides a Dios, para que puedas descansar gozosamente en su abrazo maternal por toda la vida y en la hora de la muerte.
Todos: Amén.
El sacerdote continúa:
Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Padre Nuestro, que estás en el Cielo... (continuar con el Padrenuestro)
Sacerdote: Y no nos dejes caer en la tentación,
Todos: Y líbranos del mal.
Sacerdote: Reina, concebida sin pecado original,
Todos: Ruega por nosotros.
Sacerdote: Señor, escucha nuestra oración,
Todos: Y que nuestro clamor llegue a ti.
Sacerdote: El Señor esté con ustedes,
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Oremos
Oh Señor Jesucristo, que has otorgado glorificar por milagros innumerables a la Santísima Virgen María, Inmaculada desde el primer momento de su concepción, concédenos que a todos los que devotamente imploramos su protección en la tierra, podamos gozar eternamente de tu presencia en el Cielo. Tú, que con el Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas, Dios, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
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